2002 fue un año lleno de acontecimientos importantes para Monterrey y uno de los de mayor relevancia fue la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, cumbre mundial organizada por la ONU, a la cual no solo asistieron Jefes de Estado, sino también los llamados “globalifóbicos”.
Una cumbre internacional de la ONU en Monterrey
Desde finales de 2001 se confirmó que Monterrey sería la sede para la primera Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, un evento organizado por la ONU que tenía como finalidad crear mecanismos tendientes a combatir la pobreza.
“El Presidente (Vicente Fox) pensó en Monterrey porque es una ciudad reconocida por su desarrollo, su seguridad y además cuenta con la infraestructura necesaria. Otro motivo fundamental es que él siente un agradecimiento especial con Monterrey por el gran apoyo que recibió de su gente durante la campaña“, explicó el canciller mexicano Jorge Castañeda respecto a la selección de Monterrey como ciudad sede de la Cumbre.
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El evento tuvo gran importancia, ya que era el primer evento internacional después del atentado a las Torres Gemelas, el triste y doloroso 9/11.
Fueron convocados presidentes y ministros de todo el mundo, así como líderes de ONG’s. Finalmente acudieron más de 50 Jefes de Estado, entre los que destacan George W. Bush (Estados Unidos), Fidel Castro (Cuba), José María Aznar (España), Jacques Chirac (Francia), entre otros, siendo Vicente Fox el anfitrión y Kofi Annan, el secretario general de la ONU.
Se programó una serie de conferencias, debates, talleres y ponencias del 18 al 22 de marzo del 2002, teniendo como sede Cintermex.
Aunque esto pondría a Monterrey en el mapa internacional, había muchas preocupaciones. Primeramente el caos vial que se registraría en Monterrey, ya que en ese mes también se realizaría la Serie Cart en el Parque Fundidora.
Pero la principal preocupación era la seguridad, ya que los eventos de la ONU en cualquier país del mundo atraían a los llamados “globalifóbicos”, personas opuestas a la globalización y al neoliberalismo, que expresaban su disgusto a través de marchas y protestas, violentas en algunos casos.
Los gobiernos federal, estatal y municipal iniciaron los preparativos desde principios de 2002 e hicieron hincapié en el tema de la seguridad.
Cerca de 7 mil elementos del Estado Mayor Presidencial, Policía Federal Preventiva, la Armada de México y Seguridad Pública del Estado participaron en los operativos de seguridad en la Zona Metropolitana de Monterrey, especialmente en el sector cercano a Cintermex y la zona hotelera de Monterrey y San Pedro.
En el interior de Cintermex la seguridad también corrió a cargo de elementos del FBI y de la CIA, así como de elementos pertenecientes a las Naciones Unidas.
Se temían manifestaciones violentas, saqueos y choques entre “globalifóbicos” y policías, tal y como habían ocurrido en otras ciudades del mundo.
El lunes 18 de marzo de 2002 llegó y los “globalifóbicos” hicieron lo propio desde días antes.
Varios grupos de opositores al neoliberalismo instalaron campamentos improvisados en la Alameda, en la Unidad Deportiva Independencia (bajo el puente Cuauhtémoc, en el lecho del río Santa Catarina) y en algunos gimnasios municipales.
La verdad es que hubo poca presencia de “globalifóbicos” extranjeros, fueron más los nacionales los que hicieron acto de presencia en Monterrey.
Entre las organizaciones que se hicieron presentes en la ciudad estuvieron Red Mexicana de Acción contra el Libre Comercio, Coordinadora Nacional Plan de Ayala, Unión Nacional de Organizaciones Campesinas Regionales Autónomas, Consejo Regional de Intercambio Ecuménico, Ce-Acatl, H. Ruido, Consejo General de Huelga de la UNAM, estudiantes de la UAM, Apoyo Mutuo, entre otras.
Desde ese lunes arrancaron las movilizaciones. Esa tarde se realizó una marcha en la que participaron integrantes del Consejo General de Huelga de la UNAM, la Coordinadora de Apoyo Mutuo, Movimiento Popular Revolucionario, campesinos de Atenco, entre otros colectivos.
Esta marcha causó múltiples problemas de vialidad, dando una muestra de lo que vendría en días posteriores.
El miércoles 20 hubo varias marchas de parte de “globalifóbicos” en varios puntos de la ciudad.
Un grupo perteneciente al Consejo General de Huelga de la UNAM intentó llegar a Cintermex, pero fueron bloqueados por elementos policíacos, por lo que tuvieron que seguir su marcha por Félix U. Gómez de sur a norte para dirigirse hacia la estación del Metro.
Estando ahí entraron a la estación sin pagar boleto, brincando los controles de acceso. Aunque ahí pidieron a la ciudadanía que se sumara a sus protestas, no obtuvieron respaldo, incluso hubo algunos que los encararon.
“Aquí los estudiantes sí estudian y no andan encapuchados, y no nada más estudian, los estudiantes aquí también trabajan y el gobierno no les subsidia nada”, les reclamó una usuaria del Metro, lo que generó algunos momentos de tensión.
A través del Metro regresaron a sus campamentos instalados en la Alameda.
El jueves el caos fue mayor. Hubo momentos de tensión en la avenida Cuauhtémoc, cuando varios jóvenes del CGH de la UNAM marcharon por esa avenida, haciendo pintas y en un momento dado despojaron de varios paquetes de comida a un repartidor, lo que generó problemas incluso entre los mismos integrantes del grupo.
Otros grupos continuaron sus recorridos por el Centro de Monterrey, haciendo pintas en paredes con mensajes contra la Cumbre, Estados Unidos y el neoliberalismo.
En otros puntos de Monterrey también hubo movilizaciones. Hubo otras protestas, no precisamente de opositores a la globalización, sino de parte de campesinos de Tamaulipas en el exterior de la Comisión Nacional del Agua; los integrantes de El Barzón, el grupo Eureka, la Asociación de deudores de la Banca de Venezuela, hicieron lo propio frente al Palacio de Gobierno; en tanto que en las inmediaciones de Cintermex protestaron campesinos de San Salvador Atenco, familiares de las muertas de Juárez, así como ejidatarios de Mina, estos últimos manifestantes protestaron arrojando chivos y cabritos a los policías.
El viernes 22 la situación fue aún más intensa, ya que se realizaron grandes cortes viales en algunas de las principales arterias del Centro de Monterrey, debido a que Vicente Fox sostendría encuentros con George W. Bush y el primer ministro de Canadá, Jean Chrétien, en el Museo de Historia Mexicana y en MARCO.
Por ello el Estado Mayor Presidencial decidió que se cortara la circulación en Escobedo, Zaragoza, Zuazua, Doctor Coss, Arista y 5 de mayo.
Con el paso de las horas la situación vial empeoró todavía más con la realización de una megamarcha de los “globalifóbicos” y otros grupos que se les unieron, los cuales a las 13:30 horas partieron de la Alameda hacia Ocampo por la avenida Pino Suárez, para después continuar hacia el oriente hasta llegar a Garibaldi, en donde fueron bloqueados.
Esta marcha fue tal vez la más beligerante de esa semana, pero afortunadamente hubo un saldo blanco y no hubo ningún choque de importancia entre manifestantes y agentes del orden.
Los incidentes de mayor importancia se dieron en el exterior de los hoteles Days Inn, Safi y Fiesta Inn (Ocampo) en donde personal de seguridad privada buscaron impedir los grafitis de los manifestantes, dándose conatos de pelea que no pasaron a mayores.
Se calcula que hubo cerca de 125 pintas en bancos y negocios de otros giros, las cuales fueron borradas por personal de la dependencia Nuevo León Limpio.
Ya por la tarde y noche de ese viernes, comenzó la retirada de los “globalifóbicos”. Los campamentos fueron levantados y los autobuses comenzaron a salir de la ciudad con destino a varias ciudades del país.
“Nos vamos contentos, conformes, porque se cumplió el objetivo, no queríamos detener la Cumbre, queríamos decirle al pueblo de Monterrey que habemos jóvenes que estamos en contra del neoliberalismo y se logró. Es más, queremos agradecer el apoyo que recibimos, hubo gente que nos trajo al campamento comida, ropa, medicinas, eso es apoyo y lo tenemos que agradecer, queremos decir que nuestras manifestaciones son pacíficas, que no era cierto todo lo que decían de nosotros“, expresó Uriel López de la Coordinación de Apoyo Mutuo.
También comenzaron su retirada los Jefes de Estado, los representantes de organizaciones, los coordinadores de logística y elementos federales.
Poco a poco Monterrey volvió a la normalidad, después de varios días de caos, en los que afortunadamente no pasó lo que en otras ciudades (2 años después se realizó una Cumbre internacional en Guadalajara en la que vaya que sí hubo situaciones que lamentar).
¿Se resolvió el problema de la pobreza mundial después de la Cumbre de Monterrey? Por supuesto que no, todo quedó en palabras, “buenas” intenciones, mucho ruido y muchas fotos, pero la realidad de millones de personas no se transformó.