Residencias, cines, templos y otras construcciones de gran belleza de Monterrey han sido derrumbadas, afectando así la riqueza arquitectónica de la ciudad.
Hay que reconocerlo, quedan pocas construcciones antiguas en Monterrey.
Se le ha tenido poco respeto y consideración a nuestro patrimonio histórico, por lo que quedan pocas edificaciones de antaño, como la Casa del Campesino, El Obispado, la Reinera, Colegio Civil, el Palacio de Gobierno y el antiguo Palacio Municipal (hoy Museo Metropolitano).
Por ello nos dimos a la tarea de hacer un recuento de aquellas joyas arquitectónicas de Monterrey que por desgracia fueron demolidas.
Las joyas arquitectónicas perdidas de Monterrey
1.- El Templo de San Francisco y Convento de San Andrés
¿Te has dado cuenta de que en el Escudo de Nuevo León aparece un edificio antiguo? Es el Templo de San Francisco, el cual, junto con el Convento de San Andrés, fueron de los primeros espacios religiosos de Monterrey.
Este gran recinto espiritual se inauguró en 1612, luego de ser reubicado debido a una inundación.
Este complejo religioso se encontraba en lo que hoy es la calle Ocampo, desde el Edificio Kalos extendiéndose hasta donde se encuentra el Círculo Mercantil Mutualista y la calle Zaragoza. Más hacia el oriente, donde está el actual Palacio Municipal de Monterrey, se encontraba el camposanto del templo.
Durante muchos años se mantuvo como el único lugar para profesar la fe, aunque con el paso del tiempo fue perdiendo fuerza gracias a la apertura de otros templos y diversos aspectos políticos.
Y es que el Templo de San Francisco fue constantemente ocupado por fuerzas militares, habilitándolo como fuerte.
Después, con la llegada de las Leyes de Reforma se vio severamente afectado.
Pero el golpe final llegó con la Revolución Mexicana: las tropas carrancistas demolieron el edificio al tomar la ciudad en 1914, en un acto considerado como arbitrario y que nunca pudo esclarecerse con precisión quién tomó esta lamentable decisión.
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2.- El Templo de Lourdes
Este es uno de los misterios más interesantes de la historia de Monterrey. En lo alto de la Colonia Independencia se encontraba un templo pequeño pero hermoso de estilo gótico: el Templo de Nuestra Señora de Lourdes.
Esta pequeña iglesia se encontraba en lo que hoy es el cruce de las calles Lago de Pátzcuaro y Yucatán.
Existe muy poca información sobre esta bella capilla, lo que se supone es que pudo haber sido construida después de 1879, mientras que en los planos de 1930 ya no aparece este edificio gótico.
Su existencia sigue siendo un completo misterio.
3.- La Casa de Isaac Garza
Dentro de este listado también hay residencias. Una de las casas más bonitas que han existido en Monterrey es la de Isaac Garza.
Don Isaac nació el 2 de junio de 1853 y falleció el 1 de mayo de 1933. Es uno de los primeros grandes empresarios regiomontanos y, en parte, gracias a él se debe el gran “boom industrial” de la Sultana del Norte, con la creación de la Cervecería Cuauhtémoc.
Él tuvo su casa en lo que ahora es la esquina de las calles Padre Mier y Guerrero, donde ahora se encuentra la sucursal de un reconocido banco.
La casa fue diseñada por el afamado arquitecto británico Alfred Giles, quien se encargó de otras construcciones icónicas de Monterrey, como el Banco Mercantil, la fachada del Panteón del Carmen, entre otras.
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4.- La Casa de Valentín Rivero
Valentín Rivero es otra de las figuras importantes dentro del rubro comercial – industrial de Monterrey.
Este empresario español, avecindado en Monterrey, mandó construir su residencia en lo que hoy es la calle Hidalgo, casi en la esquina de Morelos, a finales del siglo XIX.
Anteriormente estaba ahí una pequeña pero hermosa plaza en la que se encontraba una bonita fuente dedicada a Mercurio, la cual fue sustituida años después por una fuente de Neptuno.
La casona era de cantera y contaba con un diseño en verdad notable, obra también de Alfred Giles.
Desafortunadamente, con el paso del tiempo la mansión fue demolida y dio paso a distintos locales comerciales hasta convertirse en un simple estacionamiento.
5.- La Casa del Gral. Jerónimo Treviño
Jerónimo Treviño es más que el nombre de una calle del Centro de Monterrey, es el nombre de uno de los militares y políticos neoleoneses más importantes del siglo XIX.
Fue controvertido, odiado por muchos y amado por muchos más, fue gobernador del estado varios años, en 2 periodos y peleó diversas batallas, incluyendo algunas contra los franceses.
En la etapa final de su vida mandó construir una residencia, escogiendo para este proyecto al arquitecto de moda de finales del siglo XIX y principios del XX, el ya mencionado Alfred Giles.
La casona se construyó en la esquina de las calles Isaac Garza y Emilio Carranza, en contraesquina de la Plaza de los Enamorados.
La residencia en cuestión era bellísima, de un diseño único, en el que destacaban un gran balcón y una enorme cúpula. Fue, al parecer, la primera obra desarrollada por el arquitecto británico en nuestra ciudad.
Fue demolida en 1950 y en su espacio se construyeron varias casas y locales comerciales.
6.- El Teatro Juárez
El Teatro Juárez fue por varios años la mejor opción de entretenimiento para los regiomontanos.
Se inauguró el 15 de septiembre de 1898. Se ubicaba en lo que hoy es la avenida Zaragoza a la altura de Juan Ignacio Ramón.
Esta construcción elaborada en su mayor parte de madera, sirvió para una gran cantidad de obras de teatro, óperas y eventos sociales diversos, incluido el banquete que se rindió en honor al presidente Porfirio Díaz quien visitó Monterrey a finales de diciembre de 1898.
Desafortunadamente un voraz incendio consumió el Teatro Juárez en 1909, uno de los siniestros más sonados de la época, ya que se dice que las llamas alcanzaron tal magnitud que se podían observar desde la Plaza de la Purísima.
Años después fue reconstruido y renombrado como Teatro Independencia.
7.- Cine Elizondo
La última de las pérdidas que tuvo nuestro patrimonio arquitectónico fue la del Cine Elizondo.
Esta joya destacaba por sus ornamentos orientales que le daban un aire de majestuosidad y extravagancia.
Estaba en Zaragoza, entre Matamoros y Padre Mier. Fue inaugurado el 10 de septiembre de 1945, mediante una gran alfombra roja a la que asistieron personajes de la talla de María Félix, Mario Moreno “Cantinflas”, Jorge Negrete, entre otras grandes estrellas.
A pesar de su belleza y singularidad, fue demolido en 1982 como parte de las maniobras para dar paso a la Macroplaza.